Friday, May 21, 2010

Y se quedó sin voz antes de poder decirlo todo

Llegaste sin decir hola y te sentaste en el pupitre de al lado. Ese que tenía escrituras de los Rolling Stones y unas marcas de viejo en su madera. Esa camiseta vieja y el pelo de un recién levantado me hicieron insinuar que no eras uno más del montón de gente. A veces se cruzaban algunas miradas o te inclinabas para mirar que escribía.
Con algunos meses aprendiste que yo podía conjugar perfectamente con vos y empezaste a disfrutarme. Recuerdo haber pasado muchos veranos recostados en el techo de esa casita de paja que encontramos en la playa, hablando de nuestros amores. Claro que los míos, eran imaginarios. Incluso el último día cuando me apretaste la mano para decir adiós, tuvo una fuerza diferente. Tenía la necesidad de no soltarte nunca y permanecer así, sujeta a tus dedos fríos de pianista resignado.
Hoy a veces te vuelvo a encontrar, en algún espejo, en algún rincón. En algún momento de nostalgia, en alguna cajita de cartas deterioradas o en algún olor en las carpetas de la escuela. Incluso a veces me hablás, siempre preguntándote dónde habré dejado mi valentía ¿Qué fue de esa eternidad que nos prometimos? ¿Cómo se perdura con un amor que se diluye en la memoria?

No comments: